miércoles, 13 de octubre de 2010

NIEBLA
Kaleidoscope Moon


Estaba en la el balcón de mi habitación haciendo los deberes. Kiri se asomó por la puerta, escondiéndose detrás de la cama, de manera que pude verla antes de que me mangara algún esmalte de uñas o algo por el estilo.

-         Kiri, fuera, ya.- dije sin alejar la vista de mis quehaceres
-         Ahhhhhhhhh.- gritó mientras salía y daba un portazo

Definitivamente, tener una hermana pequeña y un hermano mayor, me había arruinado la vida. Si eres el mayor “ te dan mas libertad”, y si eres la pequeña “te permiten más caprichos”, y luego estaba yo, en el medio de ambas partes.

Al cabo de una media hora, la tarea estaba terminada y me dirigí a la cocina, en el piso inferior.
-         Mamá, me voy a dar una vuelta.- le comenté desde el recibidor al mismo tiempo que me ponía una chaqueta.
-         Vale, ¿cuánto vas a tardar?¿A dónde vas a ir?.- pregunto.- snif, snif
-         Voy al parque… tardaré una hora.- mentalicé el recorrido que había desde casa hasta el parque, efectivamente una hora sería más que suficiente.-ahh, y mamá ¿estás llorando?
-         No, que va.- respondió.
-         Mam…- no me dio tiempo a decir nada más. Al entrar en la amplia cocina vi a mi madre… mirando la telenovela de las narices…
-         Ohh, hija, boh, no es nada.- comentó. Mientras, intenté arquear una ceja, pero seguramente no me salió.- Es que Leandro dejo a Cristal y se está intentando suicidar pero su hijo Juan Manuel la ve y la lleva junto Luis Miguel, que estaba con Esmeralda María…
-         Vale, vale.- dije mientras me alejaba. Ella siguió hablando. Cerré la puerta y lo hice algo fuerte, para que supiera que ya me había ido y que dejase de hablar en vano.

Tras pasar el primer quilómetro, más o menos, debía cruzar un bosque, o seguir la carretera general y tardar media hora más que por el otro sendero. Mi madre me tenía prohibido pasar por allí… pero bueno… ella no estaba ¿no?...

¿Qué hacer?, estaba indecisa. Al final opté por cruzar el bosque, eran tan solo 500 metros o 600 o 700. A “trote” comencé a seguir el caminito marcado en medio de hierbas y un montón de toxos. Cuándo ya no veía por donde había entrado en la espesura… me entró el pánico. El puente de piedra que cruzaba un estrecho reguero estaba ahí, por lo que ya quedaba poco . A ambos márgenes del camino descansaban botellas semienterradas, envoltorios de “durex” algún que otro condón usado, jeringuillas. Y es que me había metido en un lugar un poco peligroso. Usualmente, solían pasar por allí los drogadictos, los fumadores, los que querían hacer sus cosas
( entre toxos, que horrible, te lo imaginas “ Ays, cariño espera que me he clavado una espina en la espalda”) 


Entre mis pensamientos, oí un ruído, que se fue haciendo más evidente a medida que pasaban los segundos. Eran pisadas, dos chicos, iban hablando. Mi cuerpo se heló de repente. Mis piernas se inmovilizaron y entré en un estado de shock. Se acercaban.


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TOXO - TOJO

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