miércoles, 22 de diciembre de 2010

CAPÍTULO 5; ignorancia



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La decisión debía ser rápida. Me retorcí durante unos minutos pensando lo que haría. Ángela me había llamado. Quizás se habría arrepentido de unirse al club de PCEI, y ahora me llamaba para pedirme perdón por su error. Aunque podría ser una estratagema de Sandra para hacerme sufrir y fastidiarme. Y si la llamaba y se ponía a insultarme como una loca...

Leí una y otra vez el maldito mensaje. Las palabras parecían serenas y calmadas, pero era posible que me estuviera equivocando de nuevo y arriesgándome a perder. Mmmmmm, perder... ¡ Qué palabra tan apetitosa!, la palabra perder significaba muchas cosas: perder una amiga, perder un partido, perder un concurso, perder a tu chico, perder una apuesta, perder la cabeza, perder los nervios, perder...

Decidí llamarla...Marqué su número de teléfono y me abalancé por el viaje sin retorno al reino de mis pesadillas, del que quizás no saldría intacta. Puse el móvil sobre la cama y activé el altavoz.

- Hi

-Hola Áng...

-Ahora no estoy disponible, si quieres deja un mensajito después de oir el Bip y te responderé cuando pueda. Kisses.

Pfff, hasta su mensaje del contestador era horrible... En cierto modo me alegraba no tener que enfrentarme a ella, ya que, seguramente la conversación estaría totalmente planificada por Sandra, que se encontraría detrás de Ángela para indicarle cómo tendría que actuar en cada momento.
Dejé el móvil sobre la mesita de noche y me tumbé boca abajo.

- Ehhh, Rose.- Reconocí la voz de mi madre.- Venga...

- Si, ya voy...

- Pero espabila.- dijo como enojada

- A ver que pasa ahora...- le susurré bajito, aunque no tenía la seguridad de que me hubiera escuchado.

- ¿ Qué hora es?

- Jo, mamá, no sé, mira en el reloj...- le dije un poco más alto.

Entonces me acordé de que el reloj del comedor se había estropeado y de que el despertador se había quedado sin pilas. No teníamos mas relojes en la casa, y así teníamos que mirar por mi reloj de muñeca azul o por mi movil, que usualmente estaba perdido entre un ajetreado papeleo encima del escritorio.

- Serán las séis.- completé la frase.- cuando me tumbé eran las seis menos cuarto.

Tumbé... tumbé... ohhhhhh, noooo, me había quedado dormida, ¡ Cielos!. ¡No había pensado en eso!. No me había dado cuenta y me había dormido, DESGRACIA INTERNACIONAL, PÁNICO... ¡¡A saber la hora que era!!. Quizás las nueve de la noche... y ya no podría estudiar nada para el examen.

- No, tranquila, son las séis y cuarto.- dijo entre risas.

- Serás... ¿ Por qué te gusta verme sufrir?.- pregunté.- Qué pasa, que te es simpático ver como me agobio.

- Si, es muy divertida la cara que pones cuando te empiezas a poner histérica.- Se volvió a reir.

Fui al baño y me lavé la cara con agua fría. Mi madre seguía partiéndose de risa. Entonces apareció de entre la nada y dijo... " Saluda a la cámara". La muy.... muy, me había grabado con su móvil. Maldito el día en el que mi hermano le había comprado un móvil táctil con cámara de fotos. Al principio no sabía usarla, y decía que el móvil era una caca y para que le regalaban ese
"chisme que utilizaban los adolescentes atolondrados y ignorantes para divertirse mientras vagueaban en vez de estudiar" ( frase literal de mi madre para referirse a aparatos electrónicos actuales propios de adolescentes). Desde entonces había ido aprendiendo las múltiples ventajas y utilidades de aquel móvil y no paraba de fotografiar todo lo que veía interesante para enseñárselo luego a mi padre, que por aquellos tiempos estaba trabajando en Cuenca, y sólo volvía a casa cada tres meses.

- Vale, para ya.- le dije ocultando mi cara para que no tuviera posibilidad alguna para sacarme una foto.

- Bueno, vale, ¿ Puedes ir a la tienda y comprar unas pilas?.- me pidió.- Con un solo reloj no nos llega a nada.

- De acuerdo.

- Por cierto, te ha llamado tu amiga Ángela, que le pegues un toque en cuánto puedas.- me miró con una cara que yo conocía bien.

- Tranquila mamá, eso significa que la llame, no que le pegue un puñetazo en los morros en cuanto la vea...

- Ahh.- puso su cara de tranquilidad y pachorra habitual y desapareció por el pasillo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente genial.
Me encata la historia.
Escribes super bien
Un beso, sigue asi.

Elle dijo...

muchas gracias anónimo, me encanta que te encante ; ) cualquier duda o noticia o famoso del que quieras que te escribas más me lo comentas. Un bezzo ; )